octubre 9, 2019
Simone Biles
“Am I in a league of my own? Yes, but that doesn’t mean you can’t credit me for what I’m doing” Simone Biles
Marcarse un Hannover, leer en Braille, comerse una pizza Margherita, ponerse una «Rebeca» para el frío o padecer Parkinson son ejemplos de metonimias y lexicalizaciones lingüísticas de curiosos personajes que, a lo largo de los años, han hecho historia por jugar en su propia liga. Tras conseguir su quinto título mundial y la medalla número 22 en unos mundiales, «hacer un Biles» -es decir, tocar el cielo, caer sobre los pies («triple twisting double back») y ser infravalorada en la puntuación final, porque es un atrevimiento de salto que implica riesgos- forma parte, desde ayer, de nuestro imaginario lingüístico para reflexionar sobre un tema muy Misnoûs, con presencia en el pasado y repercusiones en el presente: ser bueno en lo que haces (quizá el mejor) no sólo exige competir contra uno mismo, sino también, convivir en una sociedad donde, parafraseando a Leonardo Da Vinci, en cuanto nace la virtud, nace contra ella la envidia. Son las reglas del juego. Apostemos por nuestra propia liga para ser los mejores, porque, como diría Billy Wilder: «You are as good as the best thing you´ve ever done» hashtagsimonebiles hashtagfridaysforfuture